En Teruel gustan mucho los pinchos de Lizarran. Y eso es algo en lo que tiene mucho que ver José Ángel Maicas, nuestro franquiciado en la ciudad aragonesa, que tras el éxito cosechado decidió dar el salto y llevar otro en Madrid. Y tanto en uno como en otro caso, la experiencia no ha podido ser mejor.

¿Cuántos locales tiene, y desde cuándo?

En la actualidad, dos. Uno en Teruel, que en mayo hizo un año, y otro en Madrid, desde hace tres meses.

¿Cuántas personas trabajan en sus locales?

Entre los dos, 11 personas.

¿Cuándo oyó hablar por primera vez de Lizarran?

Hace ya unos cuantos años, pero fue hace año y medio, cuando estaba buscando dónde invertir, cuando empecé a fijarme más en lo que representaba.

Y, ¿qué fue lo que le hizo decantarse por nuestro modelo?

La variedad de su cocina, su política de precios y que es un modelo que puede implantarse en cualquier zona de España y del mundo.

Antes de abrir el primer local, ¿tenía experiencia en el mundo de la hostelería?

No, ninguna.

Y, ¿cuáles fueron las dificultades que tuvo que enfrentar para poner en marcha el negocio?

Lo más difícil fue conseguir el local y, una vez que lo tuve, obtener los permisos correspondientes. El resto fue más llevadero.

¿Cómo valora el apoyo del personal y la estructura de Comess Group en el día a día?

Siempre están al teléfono cuando necesitas algo. Puedes contar con ellos para cualquier cosa que necesitas.

¿Qué le diría a alguien que quisiera abrir hoy un Lizarran?

Que se anime a hacerlo, que estudiando todo al detalle, escogiendo el local adecuado, y poniendo mucho esfuerzo y dedicación, el negocio puede llegar a buen puerto.

En resumen, ¿cómo describiría, en cinco líneas, su experiencia con Lizarran?

Aunque hoy en día las cosas están complicadas y el consumo muy parado, Lizarran me ha dado las claves de cómo hacer las cosas para salir adelante: buen producto, buen precio, buen ambiente. Ése es el secreto.