Tras un mes de agosto excepcional, en el que nuestros locales y terrazas han estado más llenos que nunca, comenzamos un nuevo curso que vendrá cargado de novedades, que os iremos contando por aquí. Unos meses que, estamos convencidos, seguirán en la senda de una tendencia que nos ha llevado, en el último año, a duplicar el número de solicitudes de personas interesadas en nuestra marca, y que acuden atraídas por la rentabilidad y el éxito tangible de nuestro modelo de negocio.
Un modelo basado que cuenta con la excelencia operativa y el I+D como palancas estratégicas, además de una constante adaptación a los continuos cambios del mercado, consumidores, competencia, etc. La razón hay que buscarla, por un lado, en la nueva imagen de Lizarran, que ha sabido conectar con un amplio espectro de público urbano y dinámico, que ha hecho de nuestros locales punto principal de reunión.
Por otro, en el permanente desarrollo de producto, un desarrollo que comienza con el asesoramiento de destacados chefs que, sumados a los profesionales de nuestro departamento de I+D, logran adaptar recetas, siempre con el toque Lizarran, a los gustos de nuestros consumidores.
A ello se suma una arquitectura de precios que permite cobrar 1,40y 1,90€ por pincho, con promociones puntuales, de un día, a 1€, además de un surtido de raciones por 4,90€ y 5,90€. Y todo ello, con un compromiso por la calidad de nuestros productos que es reconocido por nuestros clientes, y que nos ha permitido ganarnos su confianza y fidelidad. Además, combinar el autoservicio con el servicio a mesa nos permite optimizar los costes de personal, mientras que contar con más de 200 locales en toda España refuerza nuestras economías de escala.
A diferencia de los modelos low cost, fundamentados únicamente en la constante reducción de costes y de precios finales, Lizarran destina sus esfuerzos a un constante desarrollo de productos y de procesos, que se convierten en el pilar fundamental de una filosofía que permite emplear ya a más de 3.000 personas.





