En Valencia, el invierno se despide con olor a Fallas. Y aunque lo más importante no llegará hasta la próxima semana, los valencianos ya tienen un punto de reunión diario: la Plaza del Ayuntamiento, a las dos de la tarde. Ése es el lugar y la hora para recibir la sacudida de la mascletà de cada día, la que nos recuerda que ya estamos en la cuenta atrás para poder admirar las fallas. Y en los mejores lugares de Valencia, cómo no, también está Lizarran. El lugar ideal para tomar fuerzas y disfrutar de la fiesta y el ambiente.

Las Fallas son todo un espectáculo que concentra en Valencia a cientos de miles de personas, y que en esta ocasión se prepara para un desembarco aún más nutrido por el hecho de que en algunas comunidades, como Madrid, el fin de semana del 17 y 18 se prolonga al lunes 19, san José, el día en que culminan las fiestas y arden las fallas en la cremà… salvo el ninot indultado, claro está. Las cifras no pueden ser más impresionantes: más de 700 monumentos, realizados con una gran finura e ilusión por unos artesanos que llevan todo el año trabajando en ellas, y que en algunos casos alcanzan los ¡25 metros de altura!

Pero si impresiona su tamaño y su nivel de detalle, no lo hace menos su contenido. En realidad, son toda una crónica de lo sucedido a lo largo de los últimos doce meses, siempre desde la sátira y el humor. En general, es realmente impresionante ver la dedicación y el trabajo acumulados en unas construcciones que serán finalmente pasto de las llamas. Eso sí, se irán entre el agradecimiento y la diversión de una ciudad que se vuelca totalmente en sus fiestas, acogedora con el visitante, y que multiplica por sus calles las ocasiones para la diversión. Y Lizarran, como no podía ser de otro modo, también saca sus mejores galas para recibirte.