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Miguel Jiménez, de Fuengirola a la capital del mundo

El franquiciado de Lizarran Miguel Jiménez, fotografiado en Nueva York

Os continuamos presentando a miembros de la familia Lizarran. En este caso, hablamos con Miguel Jiménez, un franquiciado que conoce muy bien todas las vertientes de la marca, pues no sólo posee varios locales en España, sino que también es el master franquiciado para la Costa Este de Estados Unidos. Suyo es el Lizarran situado junto al Rockefeller Center, en Manhattan, una de las joyas de la corona. Hablamos con él de lo que ha supuesto su experiencia con nosotros.

¿Cuántos locales tiene, y desde cuándo?

Actualmente tengo dos Lizarran, además de un tercero en Nueva York. El primer local en esa ciudad lo abrí en Soho en 2010, lo que nos sirvió para aprender cuál era la mejor manera de adaptar el concepto al público neoyorquino. Aunque actualmente ya estoy de vuelta en España, sigo manteniendo el del Rockefeller Center; no olvidemos que es el primer restaurante español, y hasta la fecha el único situado en una zona tan exclusiva. Este Lizarran es más un tapas restaurant de nivel medio/alto, debido a la adaptación que hemos tenido que hacer del concepto para cumplir con la normativa del Departamento de Salud de la ciudad y lo que el público solicitaba.

¿Dónde están sus locales en España?

En el 2002 abrí el primero en Fuengirola, y desde entonces no he dejado de crecer. También inauguré dos Lizarran más, en Marbella (La Cañada) y Mijas. Este último lo adquirió mi hermano Alfredo cuando me fui a Nueva York. Recientemente, he abierto con mi padre y Arturo, otro hermano, uno nuevo el centro de Fuengirola y cerca del paseo marítimo, pero con la espectacular nueva imagen. En breve actualizaremos la imagen del otro y abriremos algunos más.

Lizarran junto al Rockefeller Center, en Nueva York
Una imagen del Lizarran de Nueva York

¿Cuántas personas trabajan en sus locales?

Actualmente somos más de 40 personas, algunos con más de diez años de antigüedad. Todos, nuevos y veteranos, formamos un gran equipo de trabajo y se disfruta de un buen ambiente de trabajo, aunque alguna que otra vez haya días malos.

¿Cuándo oyó por primera vez el nombre de Lizarran?

Hacia el año 2000 conocí al fundador de la marca y gran amigo mío, Mateo Ferrero, que en paz descanse. Estaba paseando con mi familia por la feria de franquicias de Barcelona y nadie pensó que podría ser un cliente atractivo. Pero él tuvo la vista de ver en mí a un buen futuro franquiciado y colaborador, algo en lo que me convertí poco tiempo después. Siempre que tenía a algún posible franquiciado dudoso, me lo enviaba a Fuengirola, en el convencimiento de que, tras la visita a la Costa del Sol, firmaría por Lizarran.

¿Qué fue lo que le hizo decantarse por el modelo de Lizarran?

El concepto novedoso y atractivo para el público en general. Pero principalmente, como he dicho, el trato tan cercano que me dispensaron. Actualmente, con Comess Group me ocurre lo mismo y sigo manteniendo unas estupendas relaciones, que espero no se queden ahí.

Antes de abrir su primer local, ¿tenía experiencia en el mundo de la hostelería?

Prácticamente ninguna; algo de joven, pero nada serio.

El Lizarran de la calle Alemania, en Fuengirola
El nuevo Lizarran de Fuengirola (Málaga)

¿Cuáles fueron las dificultades que tuvo que enfrentar para poner en marcha el negocio?

Lo más difícil fue encontrar el local adecuado, pero una vez localizado, todo fue muy fácil.

¿Cómo valora el apoyo del personal y la estructura de Comess Group en el día a día?

Es fundamental, en los tiempos que corren, el apoyo de un grupo serio y comprometido. Vamos en muy buen camino.

¿Tiene alguna anécdota, algo divertido que haya sucedido en todo este tiempo como franquiciado?

Seguro que cientos, pero no recuerdo ninguna significativa en este momento. Quizás una vez un cliente se nos quejó que en la hamburguesita había un hueso y, cuando la examinamos, vimos que al cliente se le había caído un diente, y eso era lo que pensaba que era un hueso. O muchas veces que les tenemos que advertir a los clientes que tienen que quitar el palillo antes de comerse el pincho: más de una vez han peligrado los ojos.

¿Qué le diría a alguien que estuviera pensando en abrir hoy un Lizarran?

Que adelante, se están haciendo las cosas bien, y eso es importante a la hora de decidirse por una franquicia u otra.

Por último, y como resumen, ¿cómo describiría, en cinco líneas, su experiencia con Lizarran?

Entrar en Lizarran es una de las decisiones más acertadas que he tomado en mi vida, ya que me ha permitido conocer a gente muy interesante, hacer grandes amigos que, en algunos casos, se han convertido también en socios. Además, me ha permitido abrir un restaurante español donde nadie antes lo había conseguido, en la «capital del mundo» ¡Y esto aún no se ha acabado! Estoy seguro de que seguiremos unidos por mucho más tiempo…

1 Comment

  1. Por fin comeran bien los americanos, jejej yo siempre que me puedo me doy un saltito al Lizarran de aqui de Tenerife se come genial y las chicas super simpaticas.

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