Para muchos, Nueva York sigue siendo la capital del mundo. Por eso, Lizarran tenía que estar ahí, y lo hace en un lugar privilegiado, junto al hotel Jewel, en la manzana más cotizada de la ciudad, frente al Rockefeller Center y la catedral de San Patricio. El lugar por el que pasan todos los viajeros y hombres de negocios que se acercan hasta la ciudad, y junto a la tienda más importante de Zara. Así, el corazón de Nueva York, más que nunca, tiene acento español.
El local que ofrece Lizarran está al nivel de un reto tan importante como ése, con 450 metros cuadrados y una capacidad para 200 personas, y una carta adaptada a los gustos de los neoyorquinos. Así, además de nuestros famosos pinchos y raciones, todos nuestros visitantes se podrán encontrar con tapas, arroces y propuestas salidas de los fogones más vanguardistas de nuestra gastronomía. Nueve meses de trabajo y una fuerte inversión que refuerza el tirón de una marca cada vez más presente en todos los lugares del globo: cada vez son más los acentos diferentes con los que puede oírse pronunciar la palabra «Lizarran».
